Durante el trayecto el niño va disfrutando de la conversación con su padre, va preguntando donde van, qué necesitan, van fijándose en las cosas que encuentran a su paso. Se paran a comprar víveres, ven diferentes establecimientos y van hablando.
Finalmente al llegar a ver el universo, el niño no sabe lo que es exactamente hasta que el padre se lo indica y explica, pero un pequeño accidente hace que el padre piense que todo ha salido mal, cuando para el hijo ha sido impresionante.